20121029

Escribo IV

Estamos (y no) en un lugar y un tiempo. Si entre los granos de arena eligiera, entre millones de ellos hallaría al mismo de mil años atrás.

"¿Suficiente es la luz para la vida?" Pensaría si fuese el sol, mas no soy y es mejor: no piensa ni ama, nada le importa pues nada siente.

Sol rojo, al que saludo día a día, es ya, la mitad del camino.

Que los jóvenes hagan cosas de jóvenes, nosotros las nuestras. Hoy ellos se equivocarán en lo suyo, igual hoy nosotros erraremos lo nuestro.

Casa de la magia, donde la rueda nunca detiene la marcha, ha dado paso al mismo hombre, por segunda vez. Otro hijo de la viuda ha surgido.

El paso ligero, apenas rozaba la superficie de las aguas; un toque apenas perceptible, ondas a través del prístino espejo.

He de escribir que a veces tampoco recuerdo la fecha de mi cumpleaños, ni el propio número telefónico, ni la matrícula de mi auto.

Cuando los pasos se encaminan, en silencio descansar a la vera del camino, observar azuzada por el viento, la danza de hojarasca.

Entre iteraciones simultáneas, sin aquel ser que medida otorgue o con la mirada admire (pues no existe), ocurren aún, las auroras.

Conversaciones: voluntario el entendimiento y aceptación de que aquello que no es, no será, ni fue. Las olas lo deslavan hasta desvanecerlo.

Circunferencias concéntricas que en sus puntos al coincidir, dan paso a los eventos cíclicos que consideramos en vida propia, únicos.


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