20160407

Carta a una mujer hermosa

Revuelto, una noche en duermevela, dando vueltas sobre la cama, levantándome a caminar, sin saber el motivo, aunque tal era irrelevante hasta que apareció la imagen, el rostro de aquella chica estaba ahí -en mis pensamientos- para responder: ella, es ella la causa del insomnio.

Sin pensarlo mucho, inicié mi carta a una mujer hermosa, exponiendo que era prácticamente imposible que ella imaginase el gran impacto que su sola presencia causaba en mí, que en la misma medida mis palabras eran pocas e insuficientes para describir aquella marea que se desbordaban en mi interior cuando la miraba. Ese leve temblor y mi estremeciemiento al escuchar su voz... y esa pesadumbre al transcurrir otro día sin atreverme a dirigirle algunas palabras.

"Pareciera que no te miro, es todo lo contrario, disimulo el alborozo que encierra mirarte discretamente, me lleno los ojos con tu plenitud y esplendor... me lleno de ti antes de encerrame en ese lugar de escritorios ocupados por personas grises".

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