Cada amanecer doy gracias: la humanidad persiste, a pesar de los intentos mezquinos de la izquierda y de la derecha por destruirla.
I. El código muerto de las palabras cobra vida ante la lectura de quien las comprende, ante la mirada que las revela, en esplendor reviven.
II. Palabras, hay, en cambio, que deben quedar sepultadas, aquellas cargadas de desdén hacia los otros, manchas de escritura, innombrables.
III. La palabra es para unos cuantos, la lectura es para unos tantos: la palabra y la lectura son para el real humano, por ello hay tan pocos.
Decir, escribir sobre la inexistencia de vicios es negar una parte de la humanidad.
Tiempo. El tropiezo pertenece a personas, de quienes son las ideas... ¿quién recordará tus palabras y las mías?
La libertad comienza con el acto sublime de la elección; la responsabilidad; de la autosuficiencia; del respeto y de decir sin herir.
Esopo (si acaso existió). La fábula para ti es elemento inexistente como aquel acto llamado autosuficiencia, por lo tanto, inmadura.
Esopo, la zorra y las uvas... es decir de muchos lo que desprecian, cuando en realidad lo anhelan. Fábula
El desdén es reflejo de la pobreza del alma, esa pobreza no se restituye con dinero, viajes o libros, aunque muchos lo intentan. Ser humano.
Una grieta en el concreto, leve espacio, y una brizna brota, a través de ella, la vida abre paso despuntando.
Un día, una noche: esperaba, no. Se ha levantado el sol, quien todos pensaban que aguardaba se ha marchado, porque no esperaba, descansaba.
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