A la edad de 19 años conocí el amor, el verdadero amor: sin embargo tuve miedo, como siempre había tenido.
A los 35 años volví a encontrar el amor, y lo negué, tuve miedo otra vez, jamás pude decirle en que real magnitud la amaba.
Sin embargo, a pesar de mis errores, he de agradecer a estos dos amores, puesto que he sido afortunado al haberlos tenido, puesto que despertaron en mí más de un aspecto que desconocía, en suma, ambos amores me hicieron crecer.
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